Uno de los mayores errores que últimamente están cometiendo algunos empresarios en Internet es renunciar a un sitio web propio por contar con páginas en Facebook, Linkedin o YouTube. Esta tendencia es muy común entre las microempresas que prefieren estar en las redes sociales que contar con una página web propia. De hecho, en EEUU, uno de cada diez pequeños empresarios gastan menos en su website (o nada) por tener presencia en los Social Media.
Contar con una página en una red social es tentador, más que nada porque es gratuito. Pero hay que recordar que los gustos de los internautas son muy variables y, lo que está de moda en un momento, al año siguiente puede haber pasado a la historia. Por eso, la información de la empresa no puede depender de apariciones en medios sociales. Pero no sólo por los vaivenes de los internautas, hay otros muchos motivos para no renunciar a la página web de la empresa. Enumeramos tres:
1. La empresa no decide sobre la imagen que proyecta. En las redes sociales apenas existen variaciones sobre el aspecto de las páginas. La compañía se muestra tal y como cada medio social considera y de una forma predeterminada. En una website propia, sin embargo, la compañía decide la imagen que quiere proyectar de una forma personalizada y adaptada a su filosofía.
2. La compañía puede proteger su privacidad hasta cierto punto: en las redes sociales las empresas deben jugar a proteger su privacidad y la de sus empleados, mientras ofrecen una imagen de transparencia. Mantener este equilibrio es fundamental para no pecar en ofrecer exceso de información que al usuario ni le va ni le viene, pero que puede comprometer a la compañía o a sus trabajadores. En una página web se muestra la información cómo cada empresario desea, con una estructura y una organización perfectamente pensada y analizada previamente. No se dice más de lo que se quiere.
3. ¿Invertir en la web de ‘otro’?: está claro que una empresa debe estar en Facebook, Twitter, Linkedin y cualquier otro medio social en el que haya clientes potenciales, pero no tienen que ser las páginas oficiales de nuestra compañía. Cuando estamos como empresa en una red social estamos fomentando el tráfico y la participación en esa red social, no en nuestro sitio web. Invertir tiempo y energía en la web de otro no tiene mucho sentido, si podemos hacerlo en nuestro sitio. La “tarjeta de visita” de la empresa en Internet tiene que ser la página web corporativa, donde invirtamos nuestros mejores recursos.
En resumen: un perfil en una red social nunca debe sustituir la página web de una compañía, porque son complementarias. Las páginas en los medios sociales se deben nutrir de lo que tenemos en nuestro site, y nunca sacrificarlo por la presencia en redes. Son acciones completamente distintas y necesarias entre sí a las que no debemos renunciar.