Llegar a la zona de cesta de la compra o del carrito en una tienda online es el último paso antes de que un cliente realice la transacción económica.
Sin embargo, algo falla en ese momento, cuando el usuario da marcha atrás y abandona el proceso de compra justo en la recta final.
Entre otros motivos de abandono se encuentra la falta de confianza o seguridad en el sitio a la hora de pagar, el alto precio de los gastos de envío o la ausencia de distintas formas de pago. Para evitar que los clientes abandonen justo en ese momento, hay que tomar nota de unos consejos que mejorarán el ratio de conversión.
a) Claridad en la información: es necesario que el cliente tenga claros los costes de los gastos de envío, los plazos de entrega y las condiciones de devolución. Cuanto más claro lo tenga todo, más fácil es que llegue a la zona del carrito con la firme intención de comprar.
b) Disponibilidad de los productos. El producto que esté en el escaparate tiene que estar disponible para el consumidor y si no, tiene que llevar algún mensaje de que temporalmente está agotado. Una buena idea es ofrecer al cliente que solicite una notificación para cuando ese artículo vuelva a estar disponible.
c) Variedad en las formas de pago: tarjetas de crédito, pasarelas de pago, transferencias bancarias o contra-reembolso. Cada tienda debe decidir cuáles ofrece dependiendo del tipo de clientela. El consejo es que cuantas más, mejor.
d) Dar confianza y seguridad. Lo hemos tratado muchas veces, la confianza en un sitio y la tranquilidad a la hora de hacer el pago son dos condiciones fundamentales que un sitio tiene que tener para lograr conversiones. La duda o el miedo del cliente equivale al abandono de la compra de forma inmediata.
Y si siguiendo todos los consejos, el cliente sigue abandonando la compra a medias, siempre se puede enviar un e-mail recordatorio de los productos que quiso adquirir y finalmente no hizo. Puede ser una buena manera de recuperar a una compra ‘perdida’. También hay que contar con aquellos clientes que en realidad no iban a comprar, sino a comparar precios, o con aquellos que por cualquier despiste o cambio de actividad han dejado la compra a la mitad.