¿Tienda virtual gratis? No, gracias

¿Tienda virtual gratis? No, gracias

Se dispara el comercio electrónico y proliferan las ofertas de “tiendas virtuales gratis” que ofrecen los “mismos servicios” a un precio prácticamente irrisorio. En realidad, la gratuidad no es tal, pero se ofrece como reclamo.

Una vez nos adentramos en el laberinto de servicios que ofrece este tipo de tienda online, nos damos cuenta de que tiene limitaciones que afectarán negativamente y en el corto plazo a nuestra idea de negocio. Generalmente este tipo de tiendas a pocos euros no cuentan con un nombre de dominio propio. Y el tener una dirección dentro de una genérica ni le da identidad al comercio ni le otorga seriedad. Es como formar parte de una enorme masa de tiendas virtuales en la que la tuya es una más. Con esta desventaja, aparecen muchas otras de la mano: al estar incluida dentro de un dominio común es prácticamente imposible poder generar tráfico hacia tu tienda. El tráfico es lo que va a posibilitar las ventas y las ventas es el único camino para lograr beneficios en un negocio. No nos engañemos: igual que un vendedor no abriría nunca una tienda tradicional en un callejón pequeño, sin farolas y en las afueras de la ciudad, un buen comerciante online debe hacer atractivo su negocio, darle visibilidad y atraer a la clientela hasta el mismo.

Las tiendas virtuales gratuitas o de saldo tampoco ofrecen cuentas de correo, puesto que no tienen dominio propio y, si lo hacen, cobran un plus. Tener una cuenta de correo para un negocio con Hotmail, Yahoo o Gmail causa de todo, menos buena impresión en el potencial comprador. Otro motivo para que el cliente ponga en duda la calidad de nuestro negocio.

Además, estas tiendas cuentan todas con el mismo diseño (a elegir entre muy pocas opciones), el mismo software y exactamente las mismas funcionalidades, venda el comerciante jamones, lavadoras o pinturas. No existe ninguna posibilidad de diferenciarse, de personalizar la tienda al gusto del propietario. En la vida real, ¿quién entraría en tiendas que tienen exactamente el mismo escaparate, la misma distribución, los mismos metros cuadrados y la misma decoración que el resto? Y no sólo eso: cada empresario tiene una visión diferente de su negocio, de lo que quiere conseguir, de lo que vende, del público al que se dirige… ¿sirve lo mismo para todos los vendedores por igual?

Hacer negocio en Internet no es tan fácil y, desde luego, no es gratuito. Se deben tener en cuenta muchos factores: imagen, funcionalidad, servicios al cliente, atención personalizada, logística… y también ser creíbles y fiables. La confianza del consumidor lo es todo. Si no se cumplen estos mínimos, no se vende. Y si no se vende, lo barato sale caro.

Nuestro consejo: busque, pregunte e infórmese y opte por la personalización en el diseño, el software y los servicios que quiera ofrecer. En definitiva, preocúpese de cuidar su tienda online como cuidaría una tienda física y dedíquele tiempo, dinero y ganas. Sólo así puede convertirse en un negocio rentable. Lo demás sólo son cantos de sirena.